Barranquilla. El veterano futbolista reveló lo que dijo al goleador.
Andrés Cadavid ha sido uno de los defensores más duros que ha jugado en el Fútbol Profesional Colombiano en los últimos años.
Su fuerte carácter le sirvió para vestir camisetas de clubes como América, Deportivo Cali, Millonarios y Medellín.
Hoy, con 38 años, quema sus últimos cartuchos con Envigado, equipo en el que está liderando a los jóvenes. También dice que a su edad ya es capaz de despojarse de los egos y reconocerle a sus colegas sus logros.
Así lo hizo en su reciente paso por Barranquilla, donde enfrentó a un delantero del cartel internacional de Carlos Bacca, y también a Marco Pérez, quien viene de tener un gran 2023 en el FPC.
“El fútbol es 70 por ciento mental, uno por dentro admira los jugadores que están en Junior, lo que han logrado y el recorrido de Bacca, que nos representó tanto a nivel mundial en el exterior. Marco Pérez por lo que ha hecho, por su resiliencia, y lo que hizo en Águilas Doradas es un valor agregado. Y uno en el campo no les va a decir, porque obviamente se van a sentir superior a uno, pero después del partido se los dice”, expresó luego del empate 1-1 en el Metropolitano contra Junior.
“Me acerqué a Bacca, le dije que felicitaciones por el título que habían logrado en diciembre, que lo admiro mucho por lo que ha logrado, porque ya a la edad que tengo no tengo egos ni ese carácter de decir ‘es que soy más bueno que él’. No, al César lo que es del César, decirle lo bueno que ha hecho”, reveló.
“A Marco también por lo que ha logrado, le dije que tranquilo por el jugador que era. Ya lo que se trata es de disfrutar del juego, en el partido mientras el árbitro no pite somos rivales y es a muerte, pero después somos amigos y es dejar el ego a un lado para decirles que los felicita uno por lo que han logrado”, agregó.
El zaguero antioqueño también manifestó que le gusta enfrentar a este tipo de atacantes.
“A los defensas del estilo mío nos gusta la guerra, nos gusta de una forma leal que el delantero nos choque, nosotros chocarlos, sacar el balón a la tribuna, que el compañero que está adelante vea que no vamos a dejar que nos hagan un gol, que se tienen que esforzar mucho. Esa es una manera del fútbol que de pronto se ha perdido un poquito, ese amor, esa entrega, ese escudo que tienen que sacar adelante, una familia a la espalda que siempre hay que sacarla, porque se ha perdido ese paso que hay entre sub 20 o amateur al profesional. A nosotros nos tocaba muy duro, cuando ya uno da ese paso al equipo profesional entiende que tiene que ser a muerte y es una linda batalla que se jugaron con dos delanteros muy importantes”, expresó.
“Me gusta jugar ajedrez y estar tranquilo cuando sometemos al rival, pero cuando se viene la guerra es lo que más me encanta. Empujar al compañero, sentir que hay un hombre atrás que no se cansa, que cuando ellos están contracturados hay un hombre que les suplica que les ayude, que no los va a dejar solos, que siempre los va a defender. Y entender eso no solo yo, sino todos los que estamos atrás para ayudar el equipo y que todo sea más fácil, escuchar a alguien que lo está guiando”, finalizó.