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Le presentamos al destacado líder de la CUC en su faceta como triatleta.

Por: Ronald Soto Toncel

Estando sentado en su cómoda silla de la oficina donde dirige con éxito a la Universidad de la Costa (CUC), pocos descubrirían que Tito José Crissien es capaz de terminar un maratón. La sorpresa es mayúscula cuando uno se entera que ha completado pruebas de mayor resistencia como un ironman, que consiste en correr precisamente un maratón de 42 kilómetros, sumado a 3.800 metros de natación y 180 kilómetros en bicicleta. Esto lo ha convertido en un verdadero triatleta.

Tito, invitado a nuestra sección ¿Qué deporte practican los famosos?, nos contó cómo una simple idea de bajar de peso para mejorar la calidad de vida terminó en una pasión, casi un vicio como él mismo reconoce, que lo hace entrenar más de 10 horas a la semana preparándose para arduas competencias de hasta 8 horas.

Y este administrador de empresas, de 41 años, es un triatleta de la vida, pues hay tres áreas que lo ocupan: la rectoría en la CUC, el deporte y su familia. El arduo esfuerzo físico que hace para competir también le sirve para estar bien a nivel personal y profesional, pues igualmente le apunta a ser un rector de alto rendimiento.

¿Se imaginó cuando empezó a hacer ejercicio para adelgazar que iba a terminar siendo un triatleta?
No. La verdad yo empecé con la meta de correr 5 kilómetros. Cuando uno poco a poco va a alcanzando las metas se va trazando otras. En este tipo de deportes uno puede tomar el camino de la resistencia a largo plazo o puede tomar el de la velocidad, donde de pronto te quedas en una distancia de 5 kilómetros pero la quieres hacer muy rápido, en 17 o 18 minutos, o prefieres subirle a los kilómetros y así alcanzar más largas distancias. Yo tomé el camino de las largas distancias en la medida que fui logrando los 5k, después los 10k luego una media maratón y después una maratón completa.

Y después siguió aumentando...
Lo mismo fui haciendo con el triatlón, que comencé con una distancia olímpica, después la media distancia, que es el medio ironman y la larga distancia, que es el full inroman, poco a poco me fui dando cuenta que tenía una fortaleza mental, sobre todo para poder resistir estas largas distancias, pues no solo es la resistencia física sino también la mental para poder llegar al final de estas pruebas que es algo bastante difícil, pero no es imposible. Entre más entreno más compito.

¿Es más duro comenzar en el triatlón después de los 30 años?
Los deportes de resistencia, como lo son una maratón o un ironman completo, es un tema que se logra en la madurez, después de los 30 años. Los grandes maratonistas son mayores de 30 años. Los triatletas aficionados, como es mi caso, el grupo por edades de gente que participa en los ironman está entre los 34 y 45 años. Esto es algo que va ligado a la crisis de los 40, parece un chiste pero es verdad, cuando sientes que se te está acabando la juventud debes hacer cosas para demostrarte que no es verdad y que vas a alcanzar grandes cosas. Y también va de la mano con la construcción de una familia. Muchas de las personas que participan en pruebas de largas distancias están casados y con hijos, porque a los 20 años no es fácil irse a las 10 de la noche a dormir, porque uno está saliendo con los amigos, a rumbear... Acostándose a las 2 o 3 de la mañana es imposible salir a entrenar un sábado 5 horas de bicicleta.

¿Pero ahora viendo que tiene la capacidad de resistencia, le hubiera gustado practicarlo más joven?
La verdad es un deporte que no hubiera sido fácil de practicar a temprana edad, porque uno estaba en otra época, estudiante, con los amigos, saliendo, teniendo una novia, rumbeando, por eso en los grupos por edades de 20 años en los ironman no se ve mucha cantidad. Pero sí me hubiera gustado tener un estilo de vida más saludable desde temprana edad y practicar el deporte, no tan intensamente, pero sí correr unos 10k durante mi juventud. Yo en parte les asigno algo de responsabilidad a los profesores de educación física que tuve, pues en lugar de hacernos coger amor por el deporte, era más un esfuerzo físico. En el colegio lo que practiqué mucho fue la natación.

¿Cuántas pruebas internacionales lleva?
3 maratones: Nueva York, Londres y Lima; tengo 8 medios ironman, que son los 70.3, y dos ironman completos. Además de muchas medias maratones y 10k que de esas sí no llevo la cuenta.

¿Cuál ha sido la más complicada?
A nivel físico la más complicada es el full ironman por la exigencia que eso implica: 3.800 metros de natación, 180 kilómetros en bicicleta y 42 kilómetros de carrera. Pero increíblemente, un amigo me comentó que una maratón a nivel mental es mucho más difícil que un full ironman. Yo le decía que eso es imposible porque al final del full ironman hay una maratón. Me dijo: ‘te estoy hablando a nivel mental, no físico. Después de haber uno hecho 3.800 metros de natación y 180 kilómetros en bicicleta, al salir a correr una maratón tu yo interior o tu ego es mucho más condescendiente contigo y te permite caminar de vez en cuando, correr un poco lento, ‘acá lo importante es terminar, tranquillo’. En cambio, cuando uno corre solo una maratón no hay ni 5 de compasión de tu yo interior, por el contrario, es ‘ajá, corre, apúrate, vas lento’ y empieza uno en la mente a darse durísimo y se equivoca porque empieza a exigirse más y termina con calambre y empieza a bajar la velocidad al final.

¿En algún momento ha pensado dejar todo tirado?
Muchas veces cuando estoy montando bicicleta a las 11 de la mañana o haciendo largos recorridos, me pregunto: ‘¿yo qué hago aquí chupando sol, cansando, quemándome, deshidratándome, si a mí no me pagan por esto? Debería estar en mi casa. ¿Por qué tengo que montar 6 horas de bicicletas si de pronto con dos horas es suficiente?’. Pero uno entrena para poder dar respuestas a esas preguntas en las carreras, porque ahí uno se lo pregunta varias veces, entonces hay que tener unas respuestas claras y concretas. Los maratonistas decimos que a los 30 o 32 kilómetros nos estrellamos con la pared, es un momento en el que se bajan las energías y te comienzan a doler los tobillos, las rodillas, el músculo ya no te está respondiendo, es un trabajo mental muy fuerte.

¿Cuál es su objetivo en las competencias?
Mejorar los tiempos y terminar bien. Porque hay veces que terminas con un mejor tiempo pero completamente acalambrado, vuelto nada, casi que desmayándote, pero tampoco se trata de eso, porque no se va uno a morir sino le pagan ni va a llegar en el primer puesto. Es ser mejor cada vez, pero mejor con respecto a mí mismo, pues en mi grupo por edad no ocupo los primeros lugares y quedo lejos, pero uno compite es contra uno mismo. Una pregunta muy común de la gente es: ‘¿ganaste?’ ¡Qué voy a ganar yo! Uno no hace esto por ganar, sí quiere terminar con mejor tiempo y más fuerte, es decir, terminar bien y poder caminar. Igual uno también tiene una familia y no tiene gracia viajar a Estados Unidos y hacer unas pruebas de estas y al otro día no poder ni caminar y los hijos queriendo ir al parque a disfrutar de las vacaciones. Hay que encontrar un equilibrio entre terminar con mejor tiempo y también en la parte física.

¿Ha sentido miedo a que le ocurra algo en alguna prueba?
Cuando estás nadando en aguas abiertas, yo que practico en Puerto Velero, siempre da miedito estar en la mitad del mar, lejos de la costa. El día que uno no sienta un poco de miedo ya no es humano. Corriendo o en la bici da miedo lesionarse, es ahí donde hay que tener esa parte mental para vencer el miedo. Me sirve mucho la parte espiritual. ‘El verdadero amor echa afuera el temor’. Debe agarrarse uno a algo para vencer al miedo porque el miedo te lleva al fracaso. También a un versículo que dice: ‘correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán y renovarán sus fuerzas como las águilas’, está en Isaías. Yo tengo una lesión en mi rodilla y creo que Dios me sanó.

¿Y en la salud como tal por la alta exigencia de la preparación siente temor?
Miedo a la salud sí. Este nivel de exigencia llega a un punto que ya no es saludable para el cuerpo. Lo que recomiendan los médicos son 40 minutos de cardio al día, es lo que debería hacer uno para mantenerse saludable. Ya meterle 15 horas de entrenamiento a la semana, más tu trabajo normal, más tu familia, es un tema que se complica y hay que ser equilibrado. Hay gente que ha perdido el matrimonio o el trabajo por este deporte, mucha gente se envicia en esto.

¿Cómo es un día normal suyo?
Los entrenamientos son por semanas, pero normalmente de lunes a viernes es levantarme a las 4 a.m. y hacer un entrenamiento de una o dos horas, puede ser correr. Luego hago estiramiento, llego a la casa, desayuno y salgo corriendo para la oficina. En la noche puede repetir una segunda hora de entrenamiento o de gimnasio, ya sea natación o bicicleta en un rodillo para hacer ejercicios de fuerza. Los sábados rodamos largo, estamos hablando de 6 horas de ejercicio, desde las 5 a las 11 a.m. Los domingos procuramos descansar y estar con la familia. Cuando se acerca una carrera, es decir, 8 semanas antes, esos domingos también están destinados a seguir entrenando. Son entre 12 y 16 horas a la semana entrenando en una persona como yo que soy aficionado, pero hay gente que llega a 24 horas.

¿Su familia lo apoya?
Como yo venía de una vida muy sedentaria y muchas fiestas, de trasnocho, el cambio hacia practicar el deporte implicó que trasnochara menos, que tomara menos, que le bajara a las fiestas, en mi caso se preocupan cuando no tengo una carrera. ‘Oye, pero busca una competencia rápido que ya estás como celebrando mucho’, me dice mi esposa (Rosmery Turbay). Uno se toma como dos semanas de descanso después de una carrera. Si mi esposa ve que me estoy alargando mucho en ese descanso me dice: ‘ve y busca otra carrera porque no me conviene que estés trasnochando mucho’. Ella ha sido un gran apoyo y le encanta. También depende de la edad, si hay niños o no, porque algunas parejas no entienden que el viernes el deportista se quiera acostar a las 10, hay que buscar el sábado para trasnochar y encontrar ese equilibrio. Muchas parejas le declaran la guerra a este deporte. Pero cuando uno ya está casado la vida le cambia y es más fácil irse a dormir a las 10 de la noche, sobre todo que la mujer de uno es más feliz que lo tenga a uno a esa hora ya durmiendo en la casa.

¿Envicia este deporte?
Muchos triatletas podemos ponernos pesados y obsesivos con este tema. Ya yo llevo seis años y ya quemé la fiebre, pero los primeros dos años uno no habla de otra cosa. Ya ahora sé que es cansón, ya veo a los nuevos trialetas hablando y hablando del tema y les digo que hablemos de otra cosa, estoy mucho más maduro.

¿Qué es el triatlón para usted?
Yo digo que este deporte es como mi iglesia. Yo busco evangelizar a la gente en el triatlón. He logrado agrandar el grupo. Empezamos 7 personas y hoy en día somos más de 50 en mi club deportivo. Y si contamos la Liga, que la logramos crear este año, hay tres clubes. En el evento reciente que hicimos participaron 220 personas, entonces digamos que se está haciendo el trabajo o haciendo deporte, lo importante es que hagan actividad física porque sé que algunos no se enganchan con el triatlón.

¿Y a los que 'evangeliza' les dice que es duro el deporte?
En este tipo de actividad me doy cuenta que cualquier persona puede correr una maratón y cualquiera puede terminar un ironman. Creo que solo es cuestión de proponérselo, todos los seres humanos tenemos esa capacidad dentro de nosotros. He visto personas de todas las edades y todos los pesos participando en estas carreras y todos logran terminar felizmente. Claro, unos más rápidos que otros, pero poder terminar un ironman o una maratón es algo que está al alcance de todos.

¿El proceso de 'evangelizar' también incluye a sus hijas y la universidad?
Sí, claro. A mi hija ya le he venido inculcando el amor por el deporte. Pero estoy casi seguro que cuando llegue a la universidad lo dejará, porque a esa edad es complicado tener la disciplina ya que estará viviendo otras cosas. En el caso de la universidad nosotros apoyamos mucho el deporte, así que también el proceso se aplica. No todos serán triatletas pero sí logramos despertar ese espíritu para hacer actividad física.

¿Hasta cuándo aspira competir?
Hasta el día que me muera. He visto personas de 83 años haciendo triatlón, y terminando, así que yo aspiro hacer dos medios y un full ironman al año de aquí hasta que me muera, combinando una maratón de vez en cuando. ¡Hasta de pronto me muero en una carrera de esas a los 97 años! Quisiera hacer las 6 maratones del circuito principal, que son Tokio, Nueva York, Boston, Londres y Berlín. Ya hice Londres y Nueva York, me faltan 4. Aspiro hacer esas 4 y 3 triatlones al año, sin contar los olímpicos y los sprint, que en mi caso los tomo bastante relajado porque mi fuerte es la larga distancia.

¿Es más difícil ser rector o triatleta?
Ser triatleta aficionado es más fácil que ser rector, eso sí te lo puedo decir. Pero pienso que cada actividad tiene su dificultad. Ser un buen profesional en cualquier disciplina requiere esfuerzo físico y mental.

Por: Ronald Soto Toncel

Twitter: @ronaldodavid01 - @nuestrosdportes

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