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Empresario que lidera el equipo de baloncesto cuenta cómo se originó.

Hace unos 8 años Óscar Buelvas lideró un grupo de jóvenes que, con desparpajo, se le acercó al alcalde Alejandro Char a decirle que ellos tenían todo listo para volver a traer el baloncesto profesional a Barranquilla.

El mandatario, al ver la firmeza con la que hablaban sobre el proyecto de tener un equipo en la capital del Atlántico, los miró y atendió con seriedad. Y dejándose llevar también por su pasión por el deporte, atinó a decirles: "si ustedes logran conformar el equipo y conseguir que venga a jugar acá, yo los apoyo".

Las palabras del burgomaestre motivaron a los incipientes empresarios y dirigentes deportivos, que buscaron con mayor firmeza hacer realidad el sueño, pero por falta de escenario para jugar tuvieron que aplazarlo.

Aunque los años pasaron la idea nunca se extinguió. Y al enterarse que habría un nuevo escenario, la retomaron, más motivados al ver lo majestuoso como quedó el Coliseo Elías Chegwin. Comenzaron de nuevo las gestiones por conseguir la ficha y lo consiguieron.

¿Qué sensación siente al ser el líder de ese grupo que le devuelve a Barranquilla el baloncesto profesional?

"Primero que todo es un compromiso. Hubo la voluntad del alcalde Alejandro Char, de los empresarios. Un grupo de amigos que se ha reunido para hacer este sueño realidad. Es un reto, lo difícil viene ahora. Como en todas las ligas profesionales hay que cumplir unos requisitos, nosotros estuvimos durante muchísimos años tratando de cumplirlos y hasta ahora se dio la oportunidad. Reitero, esto es un compromiso".

¿Cómo fue el primer acercamiento con el alcalde para traer el equipo?
"Fue en este mismo escenario (Elías Chegwin), él se acuerda perfectamente porque lo describió en el mismo momento que nos acercamos nuevamente hace un tiempo. Él nos vio como unos niños medio soñadores, en esa época yo tenía 30 años, pero era una realidad y teníamos un patrocinador muy fuerte que estaba dispuesto a apoyarnos porque veía que nosotros teníamos el acercamiento con la Federación. Nos dijo: 'hagamos una vaina, pelaos, si ustedes me traen acá un equipo profesional y ya tienen el patrocinador, la Alcaldía los apoya 100 por ciento".

¿Y por qué no se dio en esa oportunidad?
El estadio estaba en malas condiciones, tenía goteras, el maderámen deteriorado, en ese momento el Elías Chegwin no reunía las condiciones ideales para jugar baloncesto profesional. Miramos otras opciones, como el Coliseo de la Universidad del Norte, pero se hacía difícil porque no había disponibilidad absoluta para que lo tuviéramos disponible para los partidos y los entrenamientos. Por eso lo traemos ahora y el alcalde nos dijo 'les cumplí'.

¿Cuándo retomaron la idea otra vez?
La verdad es que de esos 8 años para acá seguimos trabajando, mantuvimos el contacto y retroalimentándonos con la gente del baloncesto profesional, la Federación, Coldeportes. Nunca perdimos la fe que lo íbamos a traer. Pero hablando en el tiempo presente, digamos que tenemos un trabajo de unos 7 meses poniendo el acelerador. Ya viendo el escenario volvimos a tocar las puertas para mirar qué y cómo había que hacerlo. Teníamos experiencia, el alcalde nos apoyó 100 por ciento y acá estamos.

¿Cómo consiguieron la ficha?
Para dar un ejemplo, tomemos el caso del fútbol, que es más popular: hay una Liga y ya están los equipos en primera y hay una liga de ascenso, que en baloncesto no existe. Eso quiere decir que esos equipos se mantendrán hasta que exista el ascenso, que ya se aprobó pero no sabemos si va a ser realidad el próximo año. Entonces había que esperar que alguien manifestara su intención y que la Liga Profesional de Baloncesto aprobara en junta que algún equipo se trasladara de ciudad vendiendo la ficha o arrendándola. Nosotros hicimos acercamientos con el equipo Cóndores de Cundinamarca, que fue el primer club que se constituyó a nivel profesional en Colombia. Sobre ese precepto, el doctor Luis Pardo, quien es el dueño del equipo, nos ha nutrido mucho de su sabiduría. Negociamos con él una ficha a tres años en arriendo y con posibilidad de compra.

¿Es costosa la ficha?
Lo costoso es relativo. Cualquier costo que implique satisfacer a la comunidad barranquillera no es caro. La directriz del alcalde era esa, 'hay que usar el escenario, traer el baloncesto profesional'. El costo era secundario, no porque tengamos toda la plata del mundo, sino porque era secundario en ese momento. Veníamos trabajando y estábamos esperando el momento preciso. Podríamos crear un club y entrar al ascenso el otro año, pero epende de muchas cosas, que el club te lo aprueben, que el torneo de ascenso se dé, que ganemos, eran muchos factores y no queríamos correr el riesgo.

¿A qué le apuntan con Titanes?
No vinimos a coger esto de hobby, que teníamos un sueño, lo cumplimos y ahora vamos a coger a los pelaos de aquí. Acá el que está es porque se lo gana. Claro que queremos armar la cantera y que los pelaos salgan, pero se lo tienen que ganar, por eso vamos a traer unos extranjeros de primera línea para que ellos vean y se reflejen a dónde tienen que llegar. Vinimos fue a ganar, vamos a intentarlo y por eso trajimos a un entrenador de primer nivel como Tomás Díaz. El que queda campeón va a la Copa Sudamericana. Nos estamos viendo como un equipo grande, que le compita a los mejores de Sudamérica. La propuesta a nivel sudamericano es que el que quede campeón en la Sudamericana juegue contra el quinto de la NBA, ya estamos hablando de algo grande, porque el quinto de Estados Unidos es mejor que cualquiera de Latinoamérica.

¿Titanes funcionará en diferentes categorías?
El club puede participar en torneos federativos, queremos conquistar títulos con las diferentes categorías. También traer eventos a la ciudad, estamos en conversaciones para traer a la selección Colombia Sub-15, como casa de la selección. Atántico fue segundo en esa categoría, así que tenemos matería prima para tener ese seleccionado en la casa. Y la idea también es traer un Sudamericano Sub-21. 

¿Cómo es su historia en el baloncesto?
Fui Selección Atlántico hasta la categoría sub-17. Siempre he estado metido en el tema del baloncesto, por una lesión me tuve que retirar. En alguna ocasión, estando muchacho, logré entrenar con el equipo profesional de Caimanes. Posteriormente me dediqué solo a apoyar a algunos clubes, en algún momento me acerqué a la Liga y tratamos de hacer algunas cosas en conjunto. También fui el gerente del Campeonato Nacional sub 15 más exitoso que habíamos tenido, porque tratamos de emular lo que se iba a hacer en los Juegos Centroamericanos. Vinieron 18 equipos. Mi historia en el baloncesto no es más que un apasionado de este deporte. Mi hijo, que tiene 11 años, también juega.

¿En qué posición jugaba?
Esa es una historia muy cómica, porque cuando tenía 12 años tenía la misma estatura que tengo ahora. Era alto y todo el mundo hablaba de eso, pero después todos empezaron a crecer y yo me quedé pequeño. Empecé jugando de poste, después me fueron cambiando, 'bueno, ahora eres alero', después: 'ahora eres armador', después me lesioné y para la banca. Y ahora soy directivo.

¿Además de Titanes, a qué se dedica?
Soy abogado, asesor en derecho comercial, tengo algunos negocios particulares con maquinaria pesada y construcción. A raíz de mis negocios se me han presentado oportunidades muy bonitas en la parte social con fundaciones, una que manejo y otras de amigos. Estamos integrado a la parte social, con un amigo del baloncesto como Jorge Bolaño manejamos Funbasket, Fundación para el baloncesto del Caribe, organizamos campeonatos y se ayuda a la comunidad. Es un complemento a todas las cosas, si Dios a uno le regala algo, uno también tiene que brindar".

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